Con la ternura escuchante
mudable bajo otros rostros una mujer
está en su propia fuga
llevándose rehén.
Peregrinar hacia adentro
del monólogo silencioso
por la orilla
del habla aún impersonal.
Rumor que la artesana
viene diseminando escrito a lo largo
de su voz pulsada lentamente
desde alguna ya furtiva
profundidad.
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